Ifni fue uno de los más excéntricos territorios coloniales. Su justificación histórica se basó en la existencia en la costa africana próxima a Canarias de la torre castellana de Santa Cruz de Mar Pequeña, que desapareció entre 1524 y 1526 y de cuyo emplazamiento se perdió la memoria. Cuando España venció a Marruecos en la guerra de 1860 le obligó a reconocerle, en el tratado de paz, el derecho a recuperar aquel punto, lo que dio lugar a la realización de expediciones, investigaciones y negociaciones para fijar el lugar, habiendo aceptado finalmente el sultán su ubicación en la desembocadura del río Ifni. Pero Francia, interesada en extender su dominio en el noroeste de África, estorbó ?pese a reconocer el derecho que asistía a España? la ocupación efectiva de dicho territorio. Tras varios intentos frustrados, se consiguió finalmente en 1934 y España permaneció allí hasta 1969, aunque abandonó la zona interior del enclave a consecuencia de la llamada «guerra de Ifni», conservando solo la capital y un área perimetral de defensa. Las expediciones científicas que se enviaron no hallaron nunca riquezas naturales y el peor problema fue el de su acceso: muy difícil por mar y con un recorrido de más de 1.000 kilómetros por tierra desde Ceuta. A partir de la independencia de Marruecos generó, además, un litigio diplomático, pese a que España lo convirtió en provincia. Pero curiosamente, tanto los que cumplieron en tan remoto lugar su servicio militar, como la población autóctona, recuerdan con nostalgia aquella época.

VIAJES A IFNI
ISBN: 9788417397951
$40.250
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