Dos ancianos son asesinados la misma noche en distintos barrios de Sevilla. Este es el punto de partida de una serie de asesinatos cuyo nexo es la condición de las víctimas, todas hombres chinos. El inspector Luis Fontiveros y sus compañeros, los subinspectores Romero y Naser y el inspector jefe Lemos, son los encargados de resolver los crímenes.
La comunidad china y grupos xenófobos organizados centran las líneas de investigación de Fontiveros y sus hombres, aunque no descartan la actuación de un psicópata. La aparición de los restos de una nueva víctima, esta vez un niño, también oriental, aumenta la confusión entre los encargados de resolver los asesinatos.
Paralelamente, un grupo clandestino integrado por personas muy influyentes visita Sevilla. Son hombres hartos de todo poder conocido y en busca de aquel extraordinario e ignoto, aquel poder sustancial que los separe aún más de los individuos vulgares. Su actividad concurrirá inevitablemente con las acciones de la policía.