Voy a reclamarle al amor
que sea una palabra que envuelva
nuestras vidas solitarias.
Y al silencio, oculto en nuestros corazones,
que se adorne de rosas vespertinas
en los tempranos campos de ternura
y en los parques alegres de nuestras almas.
A la vida, bajo un techo de luz infinita,
con rubor inmenso, le exijo
que deje que nuestros sueños… íVivan!